jueves, 10 de diciembre de 2015

OTRAS NOCIONES DE POBREZA Y RIQUEZA

Desde el vitalismo, es indispensable reformular y replantear ciertas nociones que han sido oficializadas como verdades universales. Por ejemplo, la noción de pobreza y de riqueza. 
La pobreza es integral y transversal, si creemos que es solo económica o material, estamos dentro de paradigmas banales y antropocentristas. Creer que riqueza es vivir en modernos y confortables claustros, es seguirse engañando y no propender a cambios raizales. Es como creer que el desarrollo es tener más acceso a servicios médicos y a una más alta tecnología, cuando lo que se han desarrollado es nuevas y más profundas enfermedades fruto de una vida inorgánica. Los pueblos que están más cerca de una vida natural están más sanos, y no necesitan de tanta tecnología y tan costosa, de otra parte. La salud está en la forma de vida y no en los medicamentos.
La riqueza está en una forma de vida lo menos dependiente a cosas que desgastan y desperdician recursos. Lo que quiere decir regresar a una vida más campesina, como por ejemplo la llevan actualmente los campesinos orgánicos en Europa o Norteamérica. Esto conduciría a una paulatina desaparición de las metrópilis, para que queden solo pequeñas ciudades que concentren ciertas actividades macros, por ejemplo, universidades o administración pública.
Si se cambian los conceptos de riqueza y pobreza (entre otras cosas), le gente campesina dejaría de seguir migrando a las ciudades. Esto redundaría en menos vehículos, como en la disminución de tanto transporte y medios de comunicación que contaminan demasiado. Y así en otros elementos y situaciones. Imaginemos en nuestra mente que las inmensas ciudades desaparecen del mapa, cómo sería el planeta. 
Esto también conlleva la necesidad de una disminución de la tasa de natalidad sino, no habría espacio suficiente para albergar a tanta población. Regresar al campo y cambiar ciertas costumbres, como por ejemplo, la alimenticia carnívora que necesita de mucho terreno para la crianza de ganado, por un alimentación más vegetariana y vegana, y lo animal solo sea consumido en momentos especiales, por ejemplo fiestas.
Todo esto además implica cambiar la valorización del denominado primer mundo, que es tomado como ejemplo y fin a seguir por los otros pueblos del mal llamado tercer mundo, quienes aspiran a seguir sus pasos, cuando irónicamente hay gente del primer mundo que la abandona y va a buscar el tercero y el cuarto mundo para una vida más sencilla y respetuosa de la naturaleza, es decir, de la vida.
Y así podríamos hablar de una serie de categorías y variables hoy establecidas como referentes o estandartes de una mejor o superior vida. Si no se cuestionan a estas verdades y solo se hace reacomodos, como por ejemplo el desarrollo sustentable, estamos en más de lo mismo. De ahí que solo limitarse a aplicar paradigmas sostenibles del primer mundo desarrollista, es continuar por otros medios y formas el mismo esquema antropocentrista que busca uniformizar y piramidalizar aún más la vida humana y natural. 
La postura izquierdista que apunta a terminar con la explotación del hombre y no paralelamente con la explotación de la naturaleza, es el otro lado de la misma moneda. Si se elimina la explotación de la naturaleza se elimina la del ser humano, y no al revés.
Necesitamos cambios de paradigmas que se sostengan y se sustenten en los modos de percepción de la realidad de los pueblos vitalistas, para no lanzarnos a nuevas aventuras que destruyan aún más la vida.


viernes, 27 de noviembre de 2015

COMO HACER MAS SUSTENTABLE LA VIDA O REVITALIZARLA

Ante todo reformular la democracia, lo que implica replantear a aquella democracia monopolizada en los partidos políticos para que la sociedad civil en sus formas de organización natural accedan a la participación electoral en forma directa y posteriormente sean los co-ejecutores de sus propios proyectos de vida. De esta manera, podamos tener participantes formados y probados en su vida personal y no representantes políticos que hacen el mejor show propagandístico para obtener los votos y ganar las elecciones en la democracia de un día. Sin embargo, sería también importante motivar a la construcción de movimientos políticos ambientalistas y vitalistas, para que aglutinen a todos quienes tienen una conciencia integral y lleven el debate a esos niveles.
Por otra parte, acompañar a la concienciación de las comunidades indígenas que están en proceso de civilizamiento o de desvitalización para que valoricen sus formas de vida, poniendo como ejemplo a las denominadas “comunidades en transición” que han salido del urbanismo antropocentrista y que justamente se inspiran en las comunidades ancestrales para su proceso de revitalización o de reinserción a vivir en armonía con la naturaleza, esto es, con los principios y leyes de funcionamiento natural.
Reinvención de tecnologías limpias y repotenciación de tecnologías ancestrales. Es importante inventar tecnologías sustentables nuevas como de recuperar tecnologías de aquellos pueblos que hicieron proezas y obras monumentales con tecnologías vitalistas y en el continuum de la naturaleza. Lamentablemente en el Ecuador actual, el gobierno tan solo intenta ponerse a la cola del tecnologicismo mecanicista, y más bien ha cerrado institutos y organismos que propenden a ciencias y epistemologías alternativas. No hay voluntad política para apoyar e incentivar tecnologías indígenas, a las cuales de plano ya las consideran atrasadas. La mentalidad colonial impide una visualización hacia el pasado y solo se mira al futuro lineal desarrollista, como tampoco planteamos a la inversa.
Todo esto implica acciones concretas para reajustar las formas de vida, por ejemplo, la reutilización del agua para generar un sistema cíclico, que va y viene, mediante procesos de purificación. Esto conlleva a replantear la construcción de las viviendas para que por medio de formas naturales se puedan hacer procesos de calentamiento y de enfriamiento para evitar un uso excesivo de energía eléctrica. El gobierno de Correa ha invertido millones de dólares para construir más represas hidroeléctricas con el impacto ambiental de por medio y con la motivación al consumismo, cuando podía haber destinado esos ingentes recursos a proyectos de vivienda bio-sustentables, elaborando planos arquitectónicos para que el pueblo pueda aplicarlos y su vez apoyando con materiales de construcción que sean energetizantes y con un costo adecuado.
Apoyar más decididamente a los institutos ejecutores y ONGs ambientalistas. Por el contrario, el gobierno de Correa los ha perseguido ya que “boicotean” sus afanes extractivistas. De ahí que el debate es político y la necesidad de la participación efectiva de la sociedad nacional y de las comunidades ancestrales para que disputen la dirección del Estado. En el caso del Ecuador, ya se encuentran algunos elementos y principios del Sumak Kawsay o Buen Vivir (a nivel oficial) dentro de la Constitución, y ahora se hace necesario su fortalecimiento y profundización para que no quede este paradigma folclorizado y cooptado como otro ingrediente del poder oficial (integrismo). De ahí, que es importante principalizar la acción política ambientalista, especialmente en aquellos lugares o regiones donde hay ya autoridades administrativas que se manejan por principios sustentables y vitalistas. Por ejemplo, ciertas alcaldías y prefecturas en manos del movimiento indígena, para que se conviertan en gestores de nuevos estados pequeños dentro del estado nacional o creen formas autónomas territoriales. Fortalecer a las nacionalidades indígenas para que sean gérmenes de cambios estructurales.

domingo, 15 de noviembre de 2015

DONDE Y CUALES SON LAS RESPUESTAS A LA CRISIS GLOBAL


La crisis global es un hecho que ya casi nadie lo niega, y que incluso estaría en juego la subsistencia de la especie humana como tal o al menos de quienes no podrían sobrevivir a una crisis climática, y en la que los más indefensos frente a ello son paradójicamente las sociedades civilizadas, a diferencia de los pueblos vitales o naturales que siguen viviendo en el continuum de la naturaleza y  que serían los únicos que podrían continuar con la especie humana. En otras palabras, los mal llamados pueblos primitivos o del cuarto mundo están más preparados que el primer mundo para un desate del cambio climático. Ellos tienen los conocimientos, las tecnologías, los medios, para sobrellevar una crisis global de tipo terminal. Por ende, ellos tienen las salidas ontológicas, axiológicas  epistemológicas para una nueva humanidad.
No podemos esperar a que la crisis se desate en toda su magnitud para recién pretender un cambio. El cambio es irremediable, porque así no haya una crisis existencial hay una crisis alimentaria, sanitaria, ética, consumista, que cada día se ahonda más y que obligará a un cambio de paradigmas. Esto quiere decir que lo que está en crisis es la civilización como tal, es el modelo civilizatorio que nos ha conducido a este momento, por lo que no se trata de cambiar de modelo civilizatorio sino de salir de la civilización como tal. No estamos viviendo un “choque de civilizaciones” (como dice Samuel Huntington) o “alianza de civilizaciones”, sino la crisis de un sistema de concepción de la vida y de recreación social que se llama civilización, con su expresión última el primer mundismo desarrollista.
En este sentido, la crisis ambiental no “es una crisis de civilización” como señala “el Manifiesto por la Vida, Por un Ética para la Sustentabilidad (Bogotá, 2002)” sino la crisis del pensamiento civilizatorio monoteísta que tiene como su nuevo y moderno dios, al dinero. Es la crisis del paradigma norte-centrista: antropocentrista, patriarcalista, racionalista, capitalista. No está en crisis la cultura sino la civilización como filosofía de vida, por el contrario, la cultura como expresión de crianza de la vida se convierte en la alter-nativa. No está en crisis toda la humanidad, sino la humanidad “que ha externalizado a la naturaleza, sobreeconomizado al mundo e hipertecnologizado a la cultura y a la vida” . No está en crisis la naturaleza sino el pensamiento contra-natura, y en la que frente al cambio climático en ciernes los que saldrían perdiendo son los hombres civilizados pues los hijos de la tierra sobrevivirían por sí mismos.
Entonces, llegamos al fondo de todo que son dos paradigmas diferentes: el paradigma  humano que reproduce a escala humana el sistema de la naturaleza, es decir, de la vida creada; y por otra parte, el paradigma que contradice o se separa del mundo sistémico vital. Si no entendemos esto, podremos creer que el problema es: o solo político o solo económico o solo epistémico o solo civilizatorio o solo filosófico. Lo cual ha conllevado que desde la academia y la intelectualidad se recreen nuevas formas pero dentro de la misma matriz (o “patriz”) que es la civilización y su pensamiento monódico; diferente al “pensisiento” (pensamiento-sentimiento) tetrádico de los pueblos vitalistas. Por ende, al buscar soluciones parches lo único que se consigue es generar: un capitalismo verde, un ambientalismo progresista, un  eco-socialismo… y una serie de posturas que nacen y se recrean desde el mismo pensamiento contra-natura.

Esto significa que debe haber un proceso de descolonización mundial que implica: una des-domesticación, una des-dogmatización, un des-adoctrinamiento y una des-folklorización, hacia las propias culturas ancestrales primigenias como las de la otredad. De ahí, lo irónico y paradójico para el primer mundo, que las respuestas a la crisis global está en los pueblos a los que califican como atrasados, lentos, ingenuos, subdesarrollados. Solo la humildad y la simplicidad que el norte-centrismo pueda despertar y activar, para abrirse a lo alternativo que viene desde el sur-global es que será posible un cambio sistémico. Caso contrario, solo serán reformas dentro del mismo sistema monoteísta-monárquico, impuesto al mundo como el mejor y el más desarrollado. La gente alternativa de Occidente ya lo ha comprendido de alguna manera y han posado sus ojos en estos pueblos menospreciados y rechazados por el ilustrismo y el positivismo, para entender que estos pueblos son los guardianes de un conocimiento homeostático y simbiótico. Y desde ahí, están re-aprendiendo para reconstruir el mundo y recrear la humanidad en un nuevo estado de la conciencia y del espíritu. 

viernes, 13 de noviembre de 2015

¿ES POSIBLE APLICAR LA INICIATIVA LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA PARA EL DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL ECUADOR?

    

El asunto de fondo es político, lo que quiere decir, que tendría que haber un gobierno y una ciudadanía organizada dentro de una consciencia alrededor del sumak kawsay ( consciencia vitalista) para que se pueda ejecutar y cumplirse con todos los propósitos de la ILAC, e incluso mucho más allá de lo que ella plantea. No podemos engañarnos y creer que un gobierno empresarial o estatista, de tipo productivista y economicista, podría poner en práctica a plenitud la ILAC. De ahí que lo máximo que hemos visto hasta ahora desde su vigencia son expresiones de un “capitalismo verde” pero nada más de ello.
En un gobierno vitalista, la comunidad pasaría a ser el centro de todo, esto es, la iniciativa privada y estatal estarían en complementación a lo comunitario-cooperativo-asociativo-grupal, que sería lo principal. Esto implica otra economía, que fortalece a la producción local comunitaria y se asienta principalmente en una producción agrícola orgánica, la misma que hoy tiene una especial atracción en el mercado internacional, particularmente en el norte global. Todo esto implica otro tipo de producción y el fortalecimiento de prácticas y tecnologías indígenas  que guardan armonía con el medio ambiente. Paralelamente se incentivaría formas de medicina, arquitectura, educación, etc. de tipo holístico e integral , las mismas que estarían manejadas por la población organizada, y dejando lo restante a lo privado y en ciertos sectores al Estado. El Estado motivaría y apoyaría estos emprendimientos, prestando capital y luego vendiendo las empresas a sus miembros participantes.

Estoy hablando en términos generales y totales, no de parches o soluciones parciales, que luego se convierten en puntales de afirmación del status quo, como es lo que ha sucedido hasta ahora. Entonces, de lo que se trata es de apoyar a todos los grupos y expresiones anti-sistema o alternativos , que ahora se encuentran subterráneamente o  son vistos como minorías, para que pasen a ser los protagonistas junto a las comunidades ancestrales como los recreadores de este nuevo sistema: vitalismo. Lo que implica replantear conceptos como democracia, Estado, funciones del Estado, y  todo el aparataje estatuido para pensar en refundar el país desde otras variables y conceptos. En el caso del Ecuador sería la ampliación y reverdecimiento de las comunidades todavía existentes y el de reimpulsarlas en donde está desapareciendo o ya ha desaparecido.  En un proceso paulatino se iría fomentando un nuevo estilo de vida a partir de una nueva consciencia, lo que implica una acción política y paralelamente una acción de recreación social como ya viene sucediendo con las bio-comunidades, eco-aldeas y demás formas de asociación dentro de una conciencia grupal. Se trata de recrear la nueva vida y  de ir abriendo espacios políticos para controlar el Estado colonial. Algo así como el movimiento zapatista que es gobierno dentro de un pequeño territorio, aunque todavía no se han lanzado a una acción nacional dentro del Estado oficial. Tampoco es la propuesta de la izquierda con la toma del poder, sino la de una acción paralela jugando en ambos lados pero partiendo como eje de la vivencia diaria como ejemplo y referente de cambio real.

jueves, 12 de noviembre de 2015

DIFERENCIA ENTRE DESARROLLO SUSTENTABLE, SUSTENTABILIDAD Y VITALISMO


El paradigma del desarrollo en estos 70 años de vigencia en el mundo entero ha demostrado su fracaso, pues el desarrollo ha sido para tan solo el 1% de la población que concentra el 50% de la riqueza mundial como señala la organización OXFOM para el 2016 . El desarrollo de unos significa el subdesarrollo de otros, especialmente de la naturaleza.
El ponerle distintos apellidos al desarrollo no ha significado ningún cambio de esencia, por el contrario ha sido el instrumento para profundizar de otra forma la explotación sutil de la naturaleza. Una cosificación e instrumentalización “verde” que cumple el mismo propósito de acumulación para quienes se asumen los dueños y portavoces de las ventajas del desarrollo. El desarrollo y la libertad son los grandes mitos contemporáneos del primer mundo y que han profundizado la crisis global a niveles extremos, encontrándonos en un punto de inflexión.
El desarrollo es el desarrollo del capitalismo, el desarrollo del patriarcalismo, el desarrollo del civilizamiento, el desarrollo del colonialismo y de todos los presupuestos y creencias del sistema piramidalista: cartesiano, lineal, vertical, competitivo, rentista; totalmente diferente al sistema matricial: espiral, complementario, recíproco, armónico, de los pueblos indígenas y vitalistas del mundo, incluida la propia Europa Indígena.
El llamarle al desarrollo como sustentable, no deja de contribuir al mismo esquema mecanicista de la razón instrumental, por el contrario desvía del asunto de fondo para quedarnos en las ramas y por ende continuar con el desarrollo por otros medios. De ahí que no solo se trata de buscar otras formas de desarrollo ni tampoco de quedarse en alternativas al desarrollo sino de cuestionar a la raíz del concepto del desarrollo que está en los planteamientos ontológicos o mitos fundacionales de lo que hoy se llama civilización y que es la civilización occidental, lo que sería una tautología ya que solo occidente ha urbanizado, domesticado, desvitalizado y mecanizado a la naturaleza, y por ende, a la vida.
Como tampoco es suficiente quitarle el nombre y dejarlo solo con el apellido de sustentabilidad, pues se sigue estando en las ramas y no se llega a lo filosófico entre dos maneras de concebir la vida y de vivirla. Entre una filosofía de vida (vitalismo) y una filosofía materialista que desliga lo espiritual y conciencial de la naturaleza y el cosmos. Si bien es un aporte importante, la sustentabilidad es un ingrediente entre otros, como la complementariedad, la reciprocidad, la integralidad, la “armonicidad”, como otros elementos fundamentales de un sistema complejo de pensamiento y de vida, como es el pensamiento cósmico o multidimensional de los pueblos vitalistas, mal llamados primitivos, salvajes o bárbaros.

Es en esta perspectiva, que se inscribe el paradigma del sumak kawsay o vida plena, que viene desde las filosofías de los pueblos de los Andes, y que tiene una visión relacional  de completud frente a la vida en su conjunto. El sumak kawsay surge como una propuesta global para la crisis global, revalorizando los saberes de las culturas primordiales de todo el planeta, en las que se incluye la Europa céltica, normanda, ibérica, y todas las expresiones culturales de la madre tierra que entendían a la vida, por ende, a la naturaleza, como inteligente, sabia,  sagrada. En esta medida el sumak kawsay o propuesta vitalista andina se inscribe como una alternativa al desarrollo sustentable y como una profundización del concepto de sustentabilidad.

lunes, 9 de noviembre de 2015

¿QUÉ RASGOS DE LA CRISIS GLOBAL PLANETARIA AFECTAN AL ECUADOR?

El Ecuador también sufre y es partícipe de la crisis global en todos los niveles y formas que ella se expresa en todo el planeta. En unos elementos más que en otros, a pesar de las inmensas ventajas geográficas y astronómicas que le permiten a este país ser una de las regiones más biodiversas del mundo por kilómetros cuadrados. La principal crisis del Ecuador es una crisis de identidad impuesta por el colonialismo que durante 500 años ha tratado de terminar con las culturas originarias y a lo cual le llaman proceso de civilización, culturización y evangelización. Proceso que continúa y que es cada vez más acelerado por parte del colonialismo interno y últimamente a través del gobierno de Rafael Correa, quién pretende a través de su proyecto neo-desarrollista la “segunda y definitiva” conquista de Amerindia. De ahí que se viene dando un ataque sistemático y agresivo a las organizaciones y movimientos de los pueblos originarios. Todo lo cual conlleva la pérdida de modos y conocimientos alternativos de vida, para diluirse en el proyecto civilizatorio del pensamiento único oficial. Lo que implica el dejar de ser una opción real de cambio para pasar a engrosar las filas de los que atizan la crisis global. De aquí surge la otra crisis que es la ambiental, con políticas extractivistas que se profundizan bajo el argumento de que ahí están los recursos económicos para salir de la crisis de pobreza consuetudinaria. Lo cual resulta un sofisma y una falacia pues, por otro lado se dispendian inmensos recursos en un estatismo glotón y de otra parte la mayoría de los recursos del Estado terminan en los grupos de poder instituidos. Como el mismo Correa lo señaló en el Enlace Ciudadano 431 “nunca los empresarios han ganado tanto como con este gobierno.”1 Es decir, cantidad de recursos se destinan a la “modernización del capitalismo” en el que está empeñado este gobierno, y en su construcción del “socialismo del siglo xxi” a través de políticas asistencialistas y paternalistas con las cuales busca la redistribución del ingreso. Si los recursos que ya existen por la explotación del petróleo se administraran adecuadamente no sería necesario el extractivismo homicida. El caso patético es del parque Yasuní, que fuera tan renombrado internacionalmente pero que cayó en desgracia al amenazar con un plan B que desvió el propósito de fondo. Lo cierto es que ahora se sigue en ese empeño y con el argumento de que se construirán más escuelas, hospitales, carreteras… cuando si no hubiera tanta corrupción, tanto despilfarro, tanto destino de los fondos a las trasnacionales y grupos monopólicos, se podría cumplir con las obras sociales del gobierno, aunque lo principal sería generar formas de autogestión para terminar con la dependencia colonial y neo-colonial impuesta. A esto se suma la firma de convenios con China para explotar a cielo abierto algunas minas en sitios con gran biodiversidad, con las consecuencias ambientales, el desplazamiento poblacional y el vaciamiento cultural de sus habitantes, que todo ello 1 http://www.elcomercio.com/actualidad/enlaceciudadano-enlace431-rafaelcorrea-machachisabatina.html conlleva. Sean gobiernos de derecha o de izquierda todos actúan dentro de la misma lógica.2 De otra parte, la promoción y activación de un estilo de vida consumista, que desperdicia recursos y que saca los dineros fuera del país, lo que se ha agudizado últimamente con la apreciación del dólar y la devaluación de la moneda en los países vecinos haciendo que sus productos sean más baratos y la gente prefiera gastar en el exterior. Con la baja internacional del precio del petróleo, la situación se ha vuelto más aguda y la crisis económica se acelera y se ha profundizado más en este año. A su vez este estilo de vida, genera más enfermedades por lo que se hace necesario de más hospitales y de más medicamentos, para ello destinándose grandes recursos. Lo que significa plata desperdiciada pues si hubieran políticas de prevención se evitaría que surjan más y nuevas enfermedades. Todo esto nos da un panorama, en que el Ecuador no se ha convertido en una alternativa a la crisis global sino que tan solo ha relativizado ciertas situaciones pero nada estructural. Más de lo mismo.